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AL ESTE DEL CANAL, blog de ANA ALCOLEA

FIESTAS

Nunca me han gustado las fiestas masivas. He estado pocas veces en fiestas de pueblos. De niña y de jovencita, no me dejaban, eran otros tiempos.

Durante mis años de estudiante, las fiestas del barrio coincidían con los exámenes finales. Nunca pude ir a las verbenas, ni a las ferias, ni a los conciertos. No me preocupaba especialmente no ir, la verdad. Además, el ruido de la música en las plazas cercanas me distraía momentáneamente del estudio, o de la lectura, del Amadís, pongamos por caso. Nunca disfruté de esas fiestas. Acaso, de niña, la visita a San Antonio y los dulces bendecidos en la puerta de la iglesia. Eso sí me gustaba. Iba siempre con mi madre y lo pasábamos bien.

Ahora vivo junto al lugar donde se celebran las verbenas, las ferias, los conciertos. Todo eso va a estar justo debajo de esta ventana; junto a ella estoy escribiendo este post. Casi todos los vecinos huyen en desbandada del ruido monótono de los carruseles, y de las charangas. Yo no voy a poder huir.

Seguiré escribiendo mi novela, y tal vez en ella aparezca un tiovivo, o una trompeta desafinada.

O un inmenso insomnio.

Tal vez la novela salga ganando.

2 comentarios

Juan Antonio -

Conociéndote, seguro que la novela sale ganando. Tienes esa virtud.

Magda -

A mi me encantan estas fiestas, pero también poco fui de niña, salvo las de mi barrio. La ciudad de México es tan grande que era imposible asistir a las fiestas nacionales celebradas en la ciudad, además de que asistía demasiada gente y a mis padres les daba temor que algo pudiera pasar. Asi que las veíamos por televisión e igual se disfrutaban.