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AL ESTE DEL CANAL, blog de ANA ALCOLEA

TELÉFONOS

TELÉFONOS

Myrull, lana de los pantanos,

en Joldahl, Trollheimen,

Noruega.

Ahí también pueden llegar.

 

 

Estoy harta de la señorita Carla, de la señorita Eva, de la señorita Marta.

Y del señor Eduardo, del señor Juan Manuel, del señor...

Todos llaman por teléfono con número oculto, al móvil y al fijo, a las 9 de la mañana cuando estoy en el autobús o en clase, a las 3 de la tarde cuando estoy comiento. A las 4 cuando intento dormir unos minutos. A las 9.30 de la noche cuando ceno, o escribo o estoy fuera con otras personas.

Llaman de Vodafone, de Tele dos, de Movistar, de Ya.com. Se meten en tu oreja, dentro o fuera de casa.

Prentenden venderte algo, a pesar de tu negativa.

Tienen voces amables e intentan, además, serlo.

Pero yo no. Les pido: "Por favor, borren ustedes mi nombre de la lista. No me llamen más. No me interesa. No me molesten".

En cambio, las llamadas más esperadas, o más deseadas, o más necesarias.

 Ésas se hacen esperar. O desear. Y  a aguantarse tocan.

Estoy harta.

Será la astenia primaveral.

2 comentarios

Juan Antonio -

Es cierto: las llamadas que más esperamos son las que más tardan en llegar. ¡¡Y lo mal que sienta cuando estamos esperando esa llamada y es el del banco o el del seguro o el del móvil o el de... el que llama!! Yo ya no descuelgo las llamadas ocultas. Sobre todo a la hora de la siesta. Es lo más elegante que puedo hacer.

Rafa -

Una muchacha, que ahora es experta reconocida en cardiopatías singulares, despreciada por mi exigente adolescencia, me regaló un libro, que aún no he leído, con la siguiente dedicatoria: "Ahora que sueño sólo quiero que me despìerte una llamada tuya."