VOCES
Atardece en Marrakech
Las voces de Marrakech es un libro de Elias Canetti. Forma parte de su obra autobiográfica y recoge sus impresiones de la Perla Roja del Sur, sobrenombre de la ciudad marroquí.
Pasear por la plaza de Djaam al Fna es volver a las páginas de Canetti.
Leer a Canetti es volver a las callejas del zoco y a la plaza de Marrakech.
Las letanías de los ciegos, los mendigos, los acróbatas, los danzantes, las flautas de los encantadores de serpientes, los cuentacuentos. Las risas de los espectadores. Las llamadas de atención al público, local, viajero, turista. Las llamadas a la oración desde los altavoces de las mezquitas, ora una, luego otra, mezcladas unas y otras.
Voces que no entiendo, como Canetti, pero que forman una música única, irrepetible en cualquier otro lugar del mundo. Y como él, agradezco no entenderlas, para que formen parte de esa música sin letras, de esa babel en la que el sonido tiene sentido por sí mismo, sin necesidad de llegar a su significado. El triunfo de lo material, del significante (que habría dicho Saussure), sobre el significado.
El anciano contador de historias, con su rostro lleno de arrugas y sonrisas en sus ojos mientras cuenta. Su sonrisa contagia a los que lo entienden y a los que no. No importa lo que cuenta. Su voz es una cantinela que te atrae y que quieres seguir escuchando en cada arruga.
Quedas atrapada en su voz como las serpientes en la melodía de los encantadores.
El encantamiento, el hechizo de las voces.
5 comentarios
poemas -
Saludos!
Rafael Lucena -
Rafael Lucena -
Juan Antonio -
Rafael Lucena -