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AL ESTE DEL CANAL, blog de ANA ALCOLEA

PIEDRAS III

Cada montanna tiene un color diferente, por dentro y por fuera.

De lejos se ven grises, verdes, azuladas, blancas. Depende de la hora del día y de la estación del anno.

Desde dentro cada montanna es un mundo lleno de lagos, de cascadas, de ríos, de flores, de plantas, cada vez más pequennas: parece que se quieren proteger de los vientos y los fríos y crecen diminutas a ras de tierra.

O a ras de piedra.

Me gusta coger piedras de las montannas. Y observarlas durante y después: con sus líquenes adheridos y verdes, esa piedra gris brillante de Resfjellet, o la rosada de Raudfjellet, que por eso se llama así (la montanna roja), o esa piedra que aquí llaman "Kroke sølv", la plata del cuco, porque tiene partículas brillantes. Yo creo que está formada por mica, pero no estoy segura, que no entiendo de geología. Tuve un maravilloso profesor de ciencias en bachillerato, pero tan estupendo era que nos encantaba cuerpo y alma, y apenas recuerdo lo que nos contaba. De esas piedras está llena toda la subida hacia Blåho (blå significa azul) y el brillo azulado que desprenden da nombre y color a esta montanna, aparentemente plana en su cima, que es la más alta de la cordillera de Trollheimen, y que me recuerda a la montanna sagrada de Australia. No por el color, sino por su forma.

Hay piedras que no tienen nombres escritos. Las inscripciones las forman los musgos y los líquenes.

Son sennales de vida.

Qué bien.

1 comentario

Javier -


¡Qué bonito!

No sabía de la existencia de esas piedras. Ni de otras muchas, supongo también.

Un bonito pisapapeles.

Las del rio Ebro se reproducen en forma de dulce y se venden como regalo/recuerdo.

Saludos