SELECTIVIDAD II
En Noruega la selectividad es bastante diferente a la de estos lares.
- Para empezar, los profesores no cuidan los exámenes, ni los de selectividad ni ningún otro. Lo hacen los pensionistas que así se sacan un dinerillo extra.
- Los alumnos tienen más tiempo para contestar las pruebas:por ejemplo, en LENGUA NORUEGA cuentan con cinco horas para comentar un texto, para argumentar, para escribir un ensayo sobre un tema actual. Para una cosa, no para dos ni tres. Solamente para una, a través de la que, extensamente, en tiempo y en espacio, y sin prisas, podrán mostrar su madurez.
- No hay un solo censor/corrector por examen: dos profesores corrigen por separado cada prueba. Si la diferencia entre las notas emitidas por cada uno es elevada (no recuerdo el procentaje exacto) se busca la opinión de un tercero.
- Aquí, los alumnos tienen una hora y media para contestar a cinco preguntas: un resumen de un texto, comentario crítico del mismo, un análisis y comentario sintáctico de una oración como la que aparece ayer en este mismo blog, y dos preguntas sobre literatura del siglo XX.
Y es que aquí siempre vamos con prisas, y eso se nota en casi todo, hasta en la Selectividad, donde el sentido común brilla en ausencia. Un trámite que lo único que muestra es la cultura del "todo vale", del "hay que hacerlo" aunque no sirva para nada. Hay que coleccionar exámenes, preguntas, cuestiones para contentar ombligos emuladores del astro solar.
Igual que Don Juan coleccionaba mujeres: polvo rápido y a por otra.
Un examen de Filosofía, luego el de Lengua, después las Matemáticas, y así hasta terminar las tres jornadas. Mofletes colorados, líquido perdido en la sudoración (ni centellas, ni alfójares sudando), gramos de menos en la masa muscular.
Lo mismo que después de correr una carrera de obstáculos.
O igual que después de echar varios polvos seguidos.
Como Don Juan.
Aunque creo que nadie escribió nada sobre si Don Juan los sudaba.
Me refiero a sus polvos poco selectivos. Claro.
2 comentarios
Lu -
Francamente, debería someterse a revisión todo lo que redea la prueba (ejercicios, tiempo de ejecución, método de corrección...).
Detrás del reflejo -