ARTES II
Tampoco hay foto.
Imaginaos una bailarina con zapatillas blandas
acariciando el aire con sus dedos.
La primera vez que vi a Víctor Ullate fue en Zaragoza. Entonces bailaba "El pájaro de fuego" de Stravinsky. Poco después dejó de bailar en público, para dedicarse especialmente a la coreografía y al magisterio de la danza.
Bailar es difícil: conseguir un cuerpo grácil, etéreo, que se pueda elevar, que parezca que no toca el suelo sino que lo acaricia, hacer que los brazos parezcan alas movidas por el viento, que las manos hablen con cada dedo.
Sus bailarines lo consiguen. Tienen un buen maestro. Y sus coreografías juegan con la música, y acaban convirtiéndose en parte de ella.
Hace unos años, cuatro o cinco, vi, vimos, SAMSON ET DALILE de Camile Saint-Saëns. Cantaban-interpretaban Plácido Domingo (Sansón es uno de sus papeles favoritos y no me extraña) y Carolyn Sebron, la más seductora de las Dalilas. Nadie mueve las manos como ella, nadie acaricia mejor a Sansón. (¿Se nota que soy entusiasta?). El ballet de la primavera y la bacanal, era el de Víctor Ullate: su coreografía sugerente, puro juego erótico con la propia música; las bailarinas émulas de las tres gracias multiplicadas. Daban ganas de convertirse en filistea.
Hoy he asistido a una representación de EL SUR: magnífico hasta que el tema del maltratador-asesino-suicida se hace demasiado evidente, demasiado real.
El arte.
La vida.
El arte.
A veces duele.
4 comentarios
Lu -
La vida.
El arte.
A veces duele.
¿La esencia de lo visual?
Ricardo -
Nicolás -
Nicolás -