Blogia
AL ESTE DEL CANAL, blog de ANA ALCOLEA

LIBROS

Como hace mucho frío fuera, paso horas leyendo. Como olvidé mis gafas, leo con las lentillas y se me cansan los ojos. Ayer encargué unas nuevas: menos mal que estaban con las ofertas postnavidennas...

Leo el libro de Daniel por el que se pasea un profesor de la Facultad de Zaragoza a cuyas clases acudía yo de oyente para disfrutar. Leo los ensayos de Proust sobre literatura y belleza. Leo JARDINES DE KENSIGNTON de Rodrigo Fresán, que me ha recomendado Samuel y que recrea al personaje de Peter Pan, a su propio autor y al ninno que lo inspiró. Leo sobre Caterina Cornaro, sobre el Café Florian, sobre Bellini y sobre disenno escandinavo.

En medio del silencio helado y blanco. Cito a Fresán en JARDINES... "Un libro y yo y ese particular e inimitable silencio que llena una habitación cuando hay alguien leyendo en ella. Un silencio diferente; porque nada tiene que ver el complejo silencio que uno produce al leer con el simple silencio que uno hace cuando, nada más, hace silencio."

Sólo llevo cincuenta páginas y casi todo lo leído subrayado.

El cielo está azul, hay 16 grados negativos, quietos y silenciosos. En mis manos un té caliente. Los fumadores salen a fumar a la terraza helada, como anoche Hans, por propia iniciativa; no fue Ana, la cruel, la que lo mandó al fresco. Si fuera fumadora, seguro que lo dejaría: ponte los zapatos, el goretex, sal a la calle, enciende el cigarrillo, dale tres o cuatro caladas, el humo que se condensa y cae al suelo en forma de estrellas blancas, las manos azules, los labios también.

Creo que estoy exagerando un poco. Seguro.

2 comentarios

Anónimo -

Hace diez años que no fumo. Por estas fechas siempre pienso que mi propósito para el año que vamos a estrenar bien podría ser volver a fumar. Si yo fuera capaz de convertir el humo en estrellas blancas como las que, querida Ana, dibujas en tu comentario, empezaría a fumar hoy mismo, ahora mismo. Fumaría mientras escribo.

Nerea -

Durante todo el curso estamos rodeados de libros, y misteriosamente, en Navidades, epoca de descanso y relajacion, leemos todavia mas, mas intesamente, mas vorazmente, mas rapidamente...
Cuidate mucho del frio helado del norte...