Sacos de dormir
La tarde ayer era azul sobre el fiordo; el cielo nublado, los platos, el mantel, las velas... todo era azul en la terraza de Liv que mira a este mar encerrado entre montannas. En esta región del norte no es muy normal poder cenar fuera en las noches de verano (en las de invierno, ni mencionarlo), así que los noruegos se preparan: estufas exteriores, mantas, o como ayer, sacos de dormir, azules, para meterme dentro, y cenar, beber vino (poco, que siempre es a mí a quien toca conducir después de estos eventos) y contemplar la primera noche estrellada del verano. Hasta ahora la luz del sol nocturno escondía las estrellas.
Ahora, por fin las noches son noches.
Y traen lejanos perfumes..., de Oriente, del Sur...
Nota: Bienvenidos, de nuevo, J., J., y J., a este blog de mariposas, ríos, mares, música y silencios. Me encanta que estéis ahí. Por cierto, J., que no he podido encontrar tu recomendación sobre Rossini. No sé, J., en qué instituto estaré, pero probablemente seguiré en el Servet porque es automático y hay plaza. Y, J, ?dónde estás?, en las islas o en Luis Vives? Qué alegría saber de ti. Me gusta eso de la camisa convertida en alas de mariposa.
Ahora, por fin las noches son noches.
Y traen lejanos perfumes..., de Oriente, del Sur...
Nota: Bienvenidos, de nuevo, J., J., y J., a este blog de mariposas, ríos, mares, música y silencios. Me encanta que estéis ahí. Por cierto, J., que no he podido encontrar tu recomendación sobre Rossini. No sé, J., en qué instituto estaré, pero probablemente seguiré en el Servet porque es automático y hay plaza. Y, J, ?dónde estás?, en las islas o en Luis Vives? Qué alegría saber de ti. Me gusta eso de la camisa convertida en alas de mariposa.
2 comentarios
Javier -
Ricardo -