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AL ESTE DEL CANAL, blog de ANA ALCOLEA

Madrid II

Por la mañana, Alicia y yo vamos al Museo Thyssen. Hay una exposición del pintor francés COROT (1796-1875). Sus paisajes rezuman poesía en cada pincelada. Nos emocionan como pocos cuadros pueden hacerlo.

Como con Víctor Claudín, su hijo Dani y dos magníficos libreros de Móstoles. Conocí a Dani en la Feria del Libro del año pasado. Yo estaba firmando y un niño de nueve años apareció por la caseta. Se llevó OTRA VUELTA DE TUERCA de Henry James. Se fue. Volvió. Compró una de mis novelas. Se volvió a marchar. Regresó. Le pregunté por sus andanzas. Me dijo que su padre estaba firmando en la caseta de al lado. El niño era Dani y es delicioso. Paso una tarde entrañable con él y con su padre, entre libros, sonrisas y granizados de limón. Asisto privilegiada a una entrevista de Víctor a Pedro Zarraluki, que acaba de ganar el Premio Nadal. En la misma terraza del Retiro, en la misma diagonal, Magdalena Lasala bebe un refresco con mucho hielo, y Julio Llamazares lee un periódico acompañado por un hermoso perro blanco.

Me voy con Dani a dar un paseo por la Feria: compro el libro de Zarraluki, saludamos a Fernando Marías, que me ha vencido en el concurso de Anaya. Se lo digo. Su novela ha ganado por una razón muy clara: es mucho mejor que la mía. Hace cuatro años firmamos juntos en el mismo sitio. Vamos al Pabellón Infantil y encontramos a Samuel Alonso, que está dinamizando actividades lectoras.
Gracias, Víctor y Dani, por una preciosa tarde.

Salgo de la Feria, pero antes paso por la caseta de HIPERION. Sólo compro poesía una vez al año, y es en este lugar. Esta vez adquiero los poemas de Catulo que tanto le gustaban a Carlota ("Dame un beso, y luego otro... y cuando me hayas dado más de mil..."), y versos de Paul Celan.

Noche teatral: por fin consigo ver una obra que había perdido las otras veces, DIARIO DE ADÁN Y EVA, de Mark Twain. Espléndidos actores, Diana Oteyza y Miguel Ángel Solá, lleno de registros, dicción impecable. Extraordinario.
Después ceno con Alicia y con Ignacio, que tiene una perra que se llama Domitila.

El domingo paseo con Alicia bajo los magnolios de los jardines de Sabatini, luego me siento bajo el sol de la Plaza de Oriente, junto al Teatro Real y pienso en todas las noches en que fui capaz de temblar al otro lado de los muros.

En casa de Alicia conozco a Daniel, un joven actor venezolano más guapo de lo que debería estar permitido. Está trabajando en el montaje del DON CARLO. Lo toco para comprobar si es de verdad. Siempre me he preguntado lo que se debe de sentir al ver la ópera desde el propio escenario. Daniel me cuenta que en Venezuela se llama "COROTOS " a lo que acá llamamos "cacharros". La etimología popular sitúa su origen en una casa criolla que tenía muchos cuadros de COROT. En un amudanza, la señora de la casa mandó a sus criados tener cuidado con los "corotos". De ahí pasó ao denominarse populsrmente "corotos" a vajillas u objetos varios que hay en una casa y, por ende, pueden ser objeto de mudanza o de atención. No sé si la etimología será verdadera, pero es esta leyenda lingüística es una joya. También conozco a Hugo, un diseñador argentino que ha trabajado en los tejidos del vestuario de la película TIRANTE EL BLANCO. Nos enseña algunas de sus muestras. Me vuelvo a sentir una privilegiada al compartir mesa ahora con estos artistas de la voz y de las manos. Alicia, además, es escultora. Me gusta tocar sus esculturas de piedra de jabón, de formas siempre redondas y de tacto tiépido (ya sé que esta palabra es italiana pero me gusta más que la correspondiente en castellano), nunca frías de mármol como Galatea.

Me voy de Madrid con la sensación de que siempre me estoy marchando de los lugares y de las gentes a las que quiero.

Cojo un tren que no se parece a un tren, sino a un ave de pico aplastado, y que huele tanto a nuevo que se me revuelven las tripas. Hay ruedas que van hacia el este, y hay ruedas que van al oeste. En algún punto se encuentran aunque no se ven.

2 comentarios

Anónimo -

¿Por qué no se cuelgan? Dices que ya sabes el porqué, pero yo no lo sé.
Los fines de semana que tendrían que haber sido, en el este, en el oeste. ¿Dónde?

Ricardo -

Ya sé porqué no se cuelgam algunos comentarios... al principio no pasaba. decía que hay fines de semana que no son los que tendrían que haber sido. O tal vez sí. No he ido a la feria del libro y veo en el periódico que acabó ayer... Espléndidos Blanca y M. Ángel, espléndido montaje, espléndido texto. Teatro en estado puro. De los de temblor al otro lado del muro.

Violeta ameniza hoy mi mañana, en este pequeño cubículo que no es La Castafiore. Amortigua los ruidos de fuera, de ésta, la ciudad de la zanja eterna.

Veo que la Ópera di Roma tiene programada una Aida en Le Terme di Caracalla para principios de agosto, los primeros días dirigida por P. Domingo ¿?. Recuerdo Roma en verano: su calor pegajosísimo, su sol y sus mosquitos... y más cosas bellas. Y reflexiono cuán diferentes pueden ser los fines de semana de las ruedas que van hacia el oeste de las que van hacia el este. Bacione!