Miradas
Un poema de Emily Dickinson:
Saber si mi gritar se hundió en el mar,
si se encontró con temporales
o si a encantadas islas
su sumiso velamen dirigió;
en qué místico puerto
hoy anclado se encuentra.
Es ésta la misión de mi mirada,
perida más allá de la bahía.
Y otro más, también de ella:
Un temor huidizo, una pompa, una lágrima,
un despertarse en la mañana y ver
que aquello por lo que nos despertamos
respira en otra aurora.
Y ahora una pregunta:
¿Dónde van a parar las miradas de los que han desaparecido para siempre?
Y otra pregunta:
¿Y las miradas que miraron a los que ya nunca estarán?
Y otra más:
¿Y las miradas de aquellas que despiertan, duermen y sueñan otros amaneceres?
Saber si mi gritar se hundió en el mar,
si se encontró con temporales
o si a encantadas islas
su sumiso velamen dirigió;
en qué místico puerto
hoy anclado se encuentra.
Es ésta la misión de mi mirada,
perida más allá de la bahía.
Y otro más, también de ella:
Un temor huidizo, una pompa, una lágrima,
un despertarse en la mañana y ver
que aquello por lo que nos despertamos
respira en otra aurora.
Y ahora una pregunta:
¿Dónde van a parar las miradas de los que han desaparecido para siempre?
Y otra pregunta:
¿Y las miradas que miraron a los que ya nunca estarán?
Y otra más:
¿Y las miradas de aquellas que despiertan, duermen y sueñan otros amaneceres?
3 comentarios
Ricardo -
Mirar y soñar otros amaneceres nos hace libres. Perchè senza partenza non ci sarà mai ritorno. Bacione!
Juan -
NeReA -
Tu blog es muy bonito, precioso el articulo de donde van las lagrimas.
Besos!