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AL ESTE DEL CANAL, blog de ANA ALCOLEA

11 DE MARZO

Pasé por la estación de Atocha el día de antes y el día después.

El día de antes todo estaba normal, como siempre.

El día después había trenes destrozados. Los trenes eran agujeros.

Y el agujero era dolor. Destrucción.

Mucho dolor.

Venía de Huelva, con mi maleta y un ramo de flores que me habían regalado en un colegio.

Dejé mis flores sobre miles de otras flores que había en la salida de la estación de Atocha.

Cogí la maleta y tuve que caminar contra la corriente de la manifestación.

También eso fue doloroso.

 

Años después, otro 11 de marzo, ocurrió lo que ocurrió en Japón. Lejos. Muy lejos.

De nuevo el dolor.

El mismo y distinto. El de la muerte. El de la destrucción.

No había agujeros. Había agua que arrasaba, que llenaba cada agujero.

Cada poro.

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David Guirao, maravilloso ilustrador, me ha dado permiso para traer aquí esta ilustración suya que acaba de compartir en su tweeter.

¡Expresa tan bien la soledad, la fragilidad de la desolación, de la destrucción!

Y la serenidad en el dolor. Con el cielo rojo y la luna pálida.

El negativo en positivo de la bandera japonesa.

Una belleza, David. Porque la belleza siempre es posible. 

Aun en medio del dolor.

Gracias por dejarme compartir esta ilustración en mi blog.

Gracias por su belleza.

 

 

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