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AL ESTE DEL CANAL, blog de ANA ALCOLEA

BURLADOR

Asisto anoche en el Teatro Principal a una representación de una obra llamada DON JUAN EL BURLADOR DE SEVILLA, de Tirso de Molina. Asistimos los compañeros del grupo de lectura del instituto: profes, alumnos y padres. Se adhiere algún compañero y algún alumno más, y en total somos 26.

Antes de nada, he de decir una cosa: me gustó. Lo pasé bien, a pesar de la hora tan tardía: empezar a las 10 de la noche para mí ya es un suplicio. A esa hora me gusta ya estar en mi sofá, y no en una de las siempre incómodas sillas de nuestro, por otra parte, precioso teatro.

Me gustó. El protagonista, Fran Perea, me sorprendió gratamente. Su don Juan era una canalla, como lo es el personaje barroco; plano, como lo concibió el autor. Los demás actores, pulcros, unos sabían decir el verso muy bien, otros bien, otros no tanto. Es muy difícil.

Pero, eso sí, el don Juan de anoche no era el de Tirso de Molina. Y eso por varias razones: el texto estaba adaptado, mucho, especialmente al final. La obra empieza con textos ajenos al original, incluso con varias traducciones del libreto de Da Ponte para el DON GIOVANNI de Mozart: "En Italia... 640... y en España, son ya más de mil...": allí lo cuenta Leporello a doña Elvira; en esta versión, es el propio don Juan, contador-narrador de sus fechorías. Hay más incursiones de Da Ponte, todas ellas musicales.

La música, el musical se estrelaza con el drama. Se consigue así una mayor agilidad, un acercamiento de un texto barroco nada fácil al gran público. El objetivo se consigue bien. El conjunto resulta agradable y está bien hecho. La puesta en escena muy limpia, con pocos elementos, la mezcla de músicas, con elementos flamencos (no olvidemos, estamos en Sevilla durante gran parte de la obra, y Tenorio es sevillano) es acertada.

Me gustó ver a Manuel Tejada de nuevo en el Teatro Principal: lo recuerdo de El pato silvestre, de Henrik Ibsen, hace muchos, muchos años. Siempre es un placer ver a un actor de su categoría sobre las tablas. Como a Juan Hernández.

Pero decía, el BURLADOR de ayer no era el de Tirso. No sólo por la mezcla, y las adaptaciones, sino sobre todo, por otra razón: EL BURLADOR DE SEVILLA de Tirso, parece ser, no era de Tirso. Ya en las últimas ediciones aparecía como "Atribuido a Tirso de Molina", y en las próximas lo hará como obra del dramaturgo Andrés de Claramonte.

Eso dicen, yo no he estudiado el texto con esa profundidad, ni ningún otro de Claramonte. Pero según los expertos, es así. Esperamos con muchas ganas la nueva edición crítica de EL BURLADOR DE SEVILLA.

Eso sí, en el programa de mano de anoche, alguien debería haber escrito "Atribuido a Tirso de Molina", en vez de afirmar una autoría puesta en cuestión desde hace ya muchos años.

Pero, repito, me gustó. Y sobre todo me gustó hacer esta actividad conjunta con compañeros, alumnos y padres. Es toda una experiencia.

2 comentarios

Nerea -

Me gustó la obra, y eso que no me suelen gustar los clásicos actualizados, pero las canciones casaban bien con los momentos en los que las introdujeron ;)
Besos!

Juan Antonio -

Sobre la atribución a Claramonte se ha escrito mucho, unos a favor y otros en contra. Yo esperaré a leer la nueva edición que propugna la autoría indiscutible de Claramonte y luego opinaré.
Y, en cuanto a la tarta, gracias a ti, faltaría más...