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AL ESTE DEL CANAL, blog de ANA ALCOLEA

DOMINGO

Domingo para descansar, como en La Biblia.

Domingo para hacer en casa las tareas propias de mi sexo, como dice mi prima Jose: limpio los baños, paso el polvo, cambio de sábanas, cuelgo la ropa de la lavadora, riego las plantas.

Domingo para desayunar mientras leo "El País", empezando casi siempre por el artículo de Javier Marías y terminando por la crisis económica. Y, claro, pasando por decoración, muebles, cosméticas y otras frivolidades tan necesarias como el comer.

Domingo para elaborar mermeladas con los productos del pueblo. Ayer fue al pueblo y me regalaron tomates, ya casi los últimos de la temporada, calabazas de cabello de ángel y calabazas de carne naranja. En las Jornadas Gastronómicas Cervantinas de Alcalá de Henares aprendí a hacer la calabaza en tacos, cocida con vino y azúcar, una vieja receta para acompañar postres. Lo del cabello de ángel será un experimento: Yolanda me lo ha explicado y seguiré sus instrucciones. Y la mermelada de tomate ya es un clásico en mi casa.

Domingo para escuchar el vals de "La viuda alegre", y "Lakmé"; y tal vez a Pitingo cantando "Gwendolyne", todo un descubrimiento, Juan.

Domingo para corregir redacciones de mis chicos.

Domingo para contemplar las rosas del jardín, no de la reina de Arabia como en "Salomé", sino las del jardín de Almochuel, ahora en mi casa.

Domingo para continuar saboreando ese regalo en tantos sentidos titulado "Luz de vísperas", la novela de Mauricio Wiesenthal. Pero eso ya sentada en el sofá, más bien tumbada, para viajar mejor a la vieja Europa.

Domingo para leer "Colores", en el blog de Néstor. Es un texto espléndido.

 

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