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AL ESTE DEL CANAL, blog de ANA ALCOLEA

SABIDURÍA

Se acabó anoche el Taller de Dramaturgia con José Sanchis Sinisterra. Habría, habríamos, deseado más.

No sé si Mariano lee este blog, si lo haces, he de decirte que tenías razón con lo de los talleres de escritura: yo siempre he sido reticente a ellos, pero ya no generalizaré más. En este curso he aprendido más de escritura teatral que en muchos años. Veinte años no es nada, en el tango. Veinte horas no es nada, pero es mucho.

Y es mucho cuando las compartes con un hombre que comparte su sabiduría, su reflexión de años, su material, de una manera generosa. Ni siquiera escribe su nombre en las fotocopias de ejercicios que nos da.

Papeles - joya para escritores, actores, directores.

El hombre sabio de verdad comparte, no se guarda la sabiduría para sí como los antiguos sacerdotes, o como otros seres menos antiguos en los que estoy pensando pero que no nombro, porque todavía me queda un punto de discreción.

Sólo un punto, no vayáis a creer.

Me gustó mucho compartir también estas tardes con los compañeros del curso: autores, directores, actores, estudiantes, poetas. Todos más jóvenes que yo, ahimé, en estos saraos ya empiezo a ser la mamá de todos. No voy a nombrar a todos, pero sí a Lucía, que vino desde Sevilla, a Óscar, que llegó desde Barcelona, a Susana, vivimos en el mismo barrio, a Felisa, que vive entre Zaragoza y Graus, a María Ángeles que me regaló un DVD con sus experiencias teatrales con alumnos, a otra María Ángeles, que dirige escenas de las bodas de Isabel y Diego en Teruel, a Miguel Ángel Ortiz, poeta y espléndido dramaturgo, a tenor de la actividad que nos leyó y levantó el aplauso de todos. Kike, Javier, Luis, Julián y Francesc.

Y el maestro. Seguro que habéis visto o leído Ay, Carmela, o El cerco de Leningrado, o El lector por horas. Si no lo habéis hecho todavía, ya estáis tardando. Sobre todo El lector por horas, que, fetichista que es una, tengo ahora dedicada por quien me la regaló y por el autor.

¡La leche, vamos!

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