UN LUNES MÁS

No es La Giralda,
fue su modelo.
Minarete de La Kutubia,
en Marrakech.
He ido al instituto como cada mañana laborable.
La mayoría de los alumnos estaban tristes.
A veces, la alegría de una ciudad entera depende de la punta del pie de alguien. O de las manos de otro alguien.
Ya sé. Suena a reflexión erótica: a veces la alegría de alguien también depende de las manos de otro alguien, o de la punta del pie del mismo otro alguien.
Pero no. No me refería a eso: los chicos estaban tristes por el 2-2 de anoche en La Romareda. Los chicos y las chicas. Por el 2-2 y por los exámenes de esta semana.
Algunos rostros mostraban desolación, tristeza infinita.
Vengo a casa. Paso por "El corte inglés" y compro una sartén en la planta número 5. En la planta número 1 compro una crema reafirmante para el contorno de ojos. La dependienta me dice: "Eso no son arrugas. Son líneas de expresión. No tienes arrugas". Me voy muy contenta con mis cremas y correctores de ojeras.
No son arrugas. Son líneas de expresión.
No obstante, Adolfo Domínguez dijo hace tiempo eso de "La arruga es bella". Aforismo estupendo para no planchar y para admitir el paso de los años surcadores de rostros en forma de arrugas-pirata.
Vuelvo a casa y casi piso una hilera de hormigas junto al canal. Me gustan las hormigas. Me recuerdan tiempos idos de infancia en los Pinares de Venecia. (Se llaman así los pinares de mi barrio: explicación para los no maños. Debe de ser por el canal). Mañanas de domingo paseando, y haciendo casitas con las hojas secas de los pinos, las piñas, los piñones y dejando pasar a las hormigas por los pasadizos.
Desde entonces les tengo cierta simpatía.
2 comentarios
Rafael Lucena -
Juan Antonio -
En cuanto a lo del fútbol, es así: hoy en mi instituto se distinguía a los sevillistas de los béticos sólo con verles la mirada. Al menos yo tuve una alegría el domingo por la noche...