AUTOBUSES

Rascacielos de la Octava Avenida
Nueva York
Hay muchas maneras de ir en autobús.
Sentada. De pie. De pie apoyada en una pared. En alguien. Sentada sola. Sentada acompañada.
Sentada y hablando con la persona de al lado.
Sentada y callada.
De pie y hablando. Nunca con el conductor. O conductora. Por si acaso.
Sentada y leyendo.
Estos días leo en el autobús.
Leo poesía en medio de la ciudad.
Empecé con Verlaine.
Seguí con Francisco Javier Irazoki.
Y ahora estoy con Caballero Bonald.
También Caballero Bonald escribe sobre el olvido, como Neruda, como Benedetti:
"Si el necesario olvido,
como el contagio de una llama,
tanto más cruento cuanto más tangible,
anuda sus tercos tentáculos
en la benevolente orilla de tu alma,
no lo dejes huir, acógelo
entre los muros..."
Una invitación al olvido.
En esa parte del poema.
El olvido como compañía en el autobús.
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Soboro -