VÉRTIGO
Da mucho vértigo terminar una novela.
O más bien darla por terminada.
Oír la impresora cuando saca los folios ya escritos, negro sobre blanco.
Un vértigo de placer y de dolor.
Placer doliente.
Dolor placentero.
Parezco a Santa Teresa y sus paradojas místicas.
Vértigo.
Y ya está.
0 comentarios