PERSONAJES
Los personajes cobran vida propia dentro de las novelas. Unamuno y Augusto Pérez lo sabían muy bien.
Lo que escribí hace dos años para mi personaje ya no le sirve. Son mis reflexiones, no tanto ya las suyas. Tacho y tacho, y cada tachadura es un desgarro, un golpe bajo, casi una traición. Hacia ella, hacia ellas. Y hacia mí.
Ninguna de nosotras somos tal como éramos.
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