PASEOS
Primavera en Numancia.
Mucha primavera.
A veces paseamos para encontrarnos con alguien. Otras para disfrutar de la naturaleza. Algunas sólo conseguimos mancharnos el pelo merced al aire sucio y gastado de la ciudad.
Hay ocasiones en las que paseamos para reencontrarnos con aquéllos a quienes nunca conocimos y tal vez por eso mismo están más dentro de nosotros que aquéllos que pueblan nuestros días.
El jueves fui de excursión con mis alumnos.
Al Monasterio de Veruela, a Numancia y a Soria. Leo hoy lo que los chicos han escrito sobre nuestros paseos literarios. Sus palabras me dicen que esta profesión mía sigue cumpliendo con mis expectativas de hace veinte años.
Sigue habiendo magia en los encuentros profesor-alumnos.
Igual que la sigue habiendo en los paseos: en un Monasterio de Veruela en el que todavía se perciben las presencias de Valeriano y Gustavo Adolfo Bécquer; en Numancia, donde aún resuenan las palabras que Cervantes inventó para Publio Cornelio Escipión; o a las orillas del Duero, camino de San Saturio, con sus "colinas plateadas", sus "grises alcores por donde traza el Duero su curva de ballesta, en torno a Soria", en la misma tierra y junto a los mismos álamos que contempló, disfrutó y paseó aquel cuyos restos siguen más allá de la frontera. Don Antonio Machado. Leer sus versos en la escalinata de la ermita me puso un nudo en la garganta.
Uno de esos nudos que se comparten.
Gracias. chicos, por un día espléndido.
A pesar de la tormenta.
3 comentarios
Nerea -
Y, Detrás del reflejo, a veces nos comportamos incluso bien... a veces...
Besos, Ana!
José María -
Y me encanta hayas retomado tu blog. Pronto hará un año. Felicidades.
Detrás del reflejo -