Blogia
AL ESTE DEL CANAL, blog de ANA ALCOLEA

HEDDA GABLER

El sábado vi una producción de Hedda Gabler, de Henrik Ibsen, en el Trondelag Teater de Trondheim. Este es el año Ibsen, menos sonoro que el año Mozart, pero también. No sé si por estos lares se está preparando algún montaje del dramaturgo noruego, pero en su país natal sí.

El caso es que un escritor universal, por eso mismo, no tiene patria, y aunque el señor Henrik nació allá en el norte, vivió en Italia, donde escribió gran parte de sus dramas más importantes, y sobre todo en Alemania: en Noruega sus obras no se entendían y eran motivo de escándalo.

Aunque escándalo también crearon en Alemania: Ibsen tuvo que cambiar el final de su Casa de muñecas en el país de Novalis, con una arrepentida Nora que no se iba de casa.

Hedda Gabler quizás no sea su obra más conocida en España, pero es una de las más intensas. Mediocridades, mentiras que ayudan a sobrevivir, suicidios porque uno no acaba de soportarse a sí mismo. Ni un gramo de azúcar para edulcorar.

El montaje del Trondelag Teater es limpio, visual, en negros, blancos y rojos. La interpretación espléndida, la dicción de los actores tan clara que hasta yo fui capaz de seguir el texto.

Leo en el programa de mano que August Strindberg se sintió identificado con el personaje de Eilert Lovborg, el escritor, antiguo amante de Hedda, que pierde su manuscrito durante una noche de borrachera. En realidad se lo ha dejado al marido de Hedda. El libro es magnífico. Hedda lo guarda y cuando Eilert va a su casa desesperado, ella no le cuenta que lo tiene, y le da una pistola para que cometa un último acto de "belleza". El texto de Strindberg está en sueco así que no acabo de entender el porqué de verse retratado en este personaje. Parece que él contó en privado a algunas personas cierto episodio muy íntimo que Ibsen debió de conocer. Es curioso lo que pasa con las lenguas escandinavas: el danés escrito se puede entender fácilmente desde el noruego, en cambio, el danés oral no es tan fácil; con el sueco ocurre lo contrario: se comprende mejor cuando se oye que cuando se lee.

El caso es que Ibsen también en Hedda Gabler tomó a un conocido como modelo sin pedirle permiso. Lo mismo había hecho con Laura Kieler para el personaje de Nora.

Y es que todo lo que se le cuenta a un escritor puede aparecer dentro de un libro.

O a un amigo de un escritor.

Así que mucho cuidado...

2 comentarios

Lu -

Lo bueno de los escritores es que modelan la vida de uno en palabras.

Conocí a Roberto Bolaño, porque éramos vecinos. En sus novelas descubrí a muchos de mis amigos.

Elevar a la persona a la categoría de personaje es darle a la vida una nueva dimensión.

Nerea -

Dices al principio de la entrada de hoy \"por estos lares\", ¿ya estás de vuelta a un país con algo mas de calorcito? No he leido nada de Ibsen, pero me sonaba muchísimo el nombre, otro mas para apuntar a la lista, que ya empieza a enrollarse sobre sí misma pareciendose a un antiguo pergamino griego...

Y digo yo, ¿no se cansarán Mozart, Ibsen o Cervantes de que les gastemos tanto el nombre?

Por cierto, Ana, con las tres últimas frases das miedo, mejor te las comento con un té delante, no?
Besos!