LUZ
El primer tulipán.
Sobre agua.
Frente a la luz.
Empiezo a necesitar las gafas de sol durante estos días del invierno zaragozano en que no hay niebla.
Ni cierzo.
Recuerdo una vez, hace muchos muchos años, cuando trabajaba en el colegio "Cristo Rey", junto a la MAZ, muy lejos de mi casa. Tenía por aquel entonces un SEAT 850 que costó 40.000 pesetas, de color azul y dos puertas. Una noche era tanta la niebla que no se veía nada. Le pedí al padre de una de mis alumnas que fuera despacio delante con su coche, para que yo pudiera ver sus luces de posición, y guiarme por ellas.
Llegué hasta mi casa, en la otra punta de Zaragoza, y la niebla era igualmente densa. Tuve que entrar en la calle haciendo sonar el claxon, para que, si alguien había, se apartara al escucharlo. Ni yo veía, ni mi coche se dejaba ver.
Ahora entra luz por mis ventanas.
En el poema de Mallarmée al otro lado del cristal está el mundo.
Se ha abierto el primer tulipán mientras he estado trabajando. Esta mañana apenas dejaba asomar su color naranja.
Ahora ya es una explosión de vida.
A ambos lados del cristal.
5 comentarios
Javier -
¡Tan inminente...
Tan llena de luz!
Magda -
Pero justamente es una ciudad plena de flores (le dicen de dos maneras, una es la ciudad de las flores y la otra es la Atenas veracruzana) y los tulipanes asoman en todas las casas, bellisimos.
Que viva la primavera y su explosión de vida.
Nerea -
Nicolás -
Hay que esperar al cinco de marzo, que es el día en que oficialmente entra de pleno la primavera en Zaragoza. Si para ese día no ha llegado, ¡habrá que encararse con el cierzo!
Ricardo -