NOVELA
Ayer después de varios meses, conseguí retomar mi novela: escribí cuatro folios.
Habrá que cambiar casi todo, pulir, retocar, tal vez borrar, pero al menos he roto con el pánico a la hoja en blanco: la hoja virtual blanca.
Cuando cogí mi cuaderno de la estantería del pasillo, miraba el ordenador en el rincón que me esperaba con la pantalla abierta como para engullirme. Me daba pudor, miedo, pánico, sí, sentarme y empezar de nuevo con la historia de Angélica. Revisar mis apuntes, los libros que estoy consultando para la parte de trasfondo histórico, las ideas anotadas sobre páginas de verdad. Trasvasarlas, convertirlas en frases coherentes, en personajes, en paisajes, en callejuelas laberínticas... Todo eso pasaba por mi mente mientras me acercaba al ordenador, con el cuaderno de tapas color burdeos junto al pecho, como si buscara su protección antes de caer en ese abismo universal que es una novela cuando se está creando.
Vértigo, mucho vértigo. Antes, durante y después.
El de ayer era el de "durante".
Menos mal.
3 comentarios
Nerea -
Carmen Shishodia -
Jose Luis -
Aprendimos con ella que es verdad que la ficción supera la realidad, ya que a veces la literatura se anticipa a la vida.\"
Si es cuestión de magia, tal vez haya que sumergirse en la alquimia, o puede que simplemente, para evitar el vértigo,otear la LUNA.