FRÍOS
Ha llegado el frío y con él el viento iracundo. En Zaragoza hay varias esquinas a las que los lugareños llamamos "esquinas del coño", por la expresión emitida verbalmente al tener que pasar a través del viento huracanado que las rodea, circunda, despeja. Vivo cerca de una que no está oficialmente catalogada como tal por encontrarse en barrio obrero y sin pedigrí suficiente para formar parte del must de la ciudad.
Hay otra clase de fríos: son los que vienen desde dentro hacia fuera. Se sienten cuando te enteras de que se ha muerto alguien a quien quieres. Una vez recibí una llamada que me dijo que una persona se había ido para siempre. Lo que noté fue una ráfaga interna de frío que salía de los tuétanos. Me costó días entrar en calor de nuevo.
Esos fríos son los que delatan al vacío. Y son silenciosos, como la muerte, que es la falta absoluta de sonido.
2 comentarios
Nicolás -
Les deseo la mejor de las suertes.
Javier -