TARDES
Hay tardes vacías y tardes llenas. Ayer pasé parte de la mía con mi amiga Carmen. Nos vemos en Zaragoza cuando ella viene al dentista. Mucha gente odia las consultas odontológicas, a mí me gustan porque hacen posible que me pueda citar con Carmen una vez al mes.
Después acudí a la presentación de la última novela de Amadeo Cobas. La empecé a leer mientras todos esperábamos al presentador. Bien escrita, metaliteraria, diferente. En cuanto acabe con la novela de Cristina Carreras la leeré con ganas. Y con gusto.
Porque hay textos que se leen con gusto, por puro juego, por puro placer.
Igual que hay tardes que se pasan demasiado deprisa. Y noches.
Y más cosas.
2 comentarios
Nerea -
Lo malo es cuando tienes más cosas que hacer, y el libro te absorve...
El paso del tiempo es relativo, cuando no tienes nada que hacer, la tarde es eterna; cuando tienes millones de cosas, pasa más rápido a propósito, estoy segura.
Nicolás -