TINTAS
Leo IZQUIERDAS Y DERECHAS, de Santiago Sancho Vallestín, que me ha regalado Javier. Cuenta a modo de diario la experiencia de un niño en el colegio Santo Tomás de Aquino durante un curso de los años cuarenta. Por allí desfilan Ildefonso Manuel Gil, Miguel Labordeta, otros poetas del grupo Nike, maestros y estudiantes, las gentes del Mercado Central...
A aquellos chicos les gustaba entrar en el SEPU y en "La reina de las tintas". A mí también: las escaleras mecánicas de aquel viejo SEPU de la calle Torre Nueva, junto al Mercado Central fueron las primeras de Zaragoza. Se subía tan lentamente que se podían ir viendo los vestidos y las cacerolas desde la altura. Me gustaba ir de la mano de mi madre, dar toda la vuelta en el piso de arriba, bajar,y volver a subir sobre aquel artefacto mecánico que me parecía mágico.
Después, o antes, qué más da, entrábamos en "La reina de las tintas", una tienda que aún hoy existe. Vendían papel de escribir, pinturas, lapiceros. Mi madre escribía muchas cartas y siempre comprábamos cuartillas que luego viajaban a Italia, a América, o a Filipinas. Y ambas salíamos de allí con la sonrisa puesta, porque aquellas hojas en blanco eran la primera estación del largo tren que nos llevaba hasta gentes cercanas aunque lejanas.
Y olía muy bien, a tinta recién paseada, a papel recién cortado, a cuadernos expectates.
Olía como huelen las palabras que todavía no han sido escritas.
NOTA: Bienvenida, Lourdes. Un beso a mis queridas Marina y Mari.
5 comentarios
Santiago Sancho V. -
Javier -
Lourdes -
Nicolás -
¡Y cómo cambia todo y qué deprisa! ¿Quién creería hoy que no hace más de veinte años las callejuelas traseras de ese edificio estaban llenas de putas?
Ricardo. -