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AL ESTE DEL CANAL, blog de ANA ALCOLEA

RELICARIOS

Los FANG y los KOTA son dos etnias centroafricanas cuyos riruales y ceremonias de iniciación son facinantes. Muchos de ellos están relacionados con las almas de los antepasados y con el culto a los muertes.

Los relicarios FANG guardan cráneos de los notables del clan: a más cráneos más poderososo es el relicario. También pueden verse fémures y otros huesos humanos. Solían conservarlos en cestas de mimbres o de madera, de forma cilíndrica, coronada por una estatuilla antropomorfa de madera. Los KOTA, en cambio, utilizan más el metal.

Los fetiches guardan además restos humanos aún más poderosos, sobre todo el DIKOUNDU, un órgano alojado junto al corazón, que ha de ser extirpado durante una autopsia. A veces una muerte natural, a veces no tan natural.

Huesos de muertos que se convierten en objetos poderosos y de adoración.

Nos llama la atención y nos parece salvaje.

Pero eso es lo que la Iglesia cristiana ha hecho desde sus inicios: trocear a sus santos y vender, regalar o donar sus huesos a inglesias, conventos, palacios, etcétera. Al pobre San Juan de la Cruz lo trocearon enseguida, y rara es la parroquia que no muestra orgullosa alguno de sus macabros trofeos.

No hay tanta diferencia: los muertos son todos muertos... 

Esto estaba en una vieja canción.

 

1 comentario

Nicolás -

En el cementerio del pueblo de mi padre (en el Bajo Aragón) siguen teniendo una figura con una calavera en el dintel de la entrada. Resulta tétrico, pero a la vez muy realista. Al fin y al cabo, un cementerio no es más que un osario donde se rinde culto a las reliquias de nuestros muertos. A mí me gusta así, otra de las funciones de los cementerios es recordarnos que la vida es efímera, y esa calavera cumple a la perfección su misión.