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AL ESTE DEL CANAL, blog de ANA ALCOLEA

REDES

Mi experiencia con la interred en casa ha sido muy enredada. Ayer por fin me trajeron el módem para poder aplicar Internet a mi ordenador. Como no soy previsora no tenía antivirus, y un segundo después de acceder a las redes, algo se enredó en ellas, de modo que se ha bloqueado parte del sistema operativo de mi PC.

Qué extraño mundo este, cuando el PC se convierte en un computador y no en las siglas del Partido Comunista.

El caso es que tengo acatarrado a mi pequeño portátil y he de llevarlo a algún doctor que me lo ponga al día.

Me enfadé muchísimo, por mi torpeza y por la de Teléfonica, que te deja los aparatos para que te las compongas tú. Como si todos fuéramos ingenieros de telecomunicaciones, o adolescentes.

El caso es que luego me compré una alfombra. También tiene muchos nudos sobre esa red que es el entramado que alguna mujer, velada o no, hiciera en alguna remota ciudad de Irán, otrora Persia. Esas redes no enredan y me gusta sentirlas mullidas bajo mis pies.

Puro placer del que viene de abajo a arriba.

Del que viene del oriente.

2 comentarios

Max -

Los nudos de la red atrapan las ráfagas viajeras. Correos enamorados, cartas comerciales, desplegables insufribles, presentaciones ingeniosas, frases célebres..., compiten sin cesar para aparecer en nuestra pantalla. De vez en cuando alguien difunde un virus, propaga la envidia del inesperado desamor, del agotamiento creativo, de la frustración social…, y nuestras esperanzas se ven enmarañadas por el algoritmo maldito que seduce y corrompe el orden establecido del Enter.
Acaso su razón de ser se deba a nuestra condición humana, a la tentación cotidiana de quien se cree todopoderoso navegando por Eolia, Arcadia, la laguna Estigia… y Google. Acaso ese soplo de fragilidad nos devuelve a la tierra, a la playa de Circe, al desértico polvo del reset; incluso podíamos suponer que se trata de un perseverante consejero que nos recuerda con fidelidad al oído que la técnica no nos hace más humanos, que la soledad y la distancia crecen aun cuando las palabras mensajeras vuelen de blog en blog. Nada como la palabra compañera que sostiene una mirada cercana.

José María -

Yo llevo ya cinco años con internet en mi portátil. De momento no tengo tarifa plana, porque lo que más me interesa es el correo electrónico. También he tenido problemas con Telefónica. No es nada nuevo.