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AL ESTE DEL CANAL, blog de ANA ALCOLEA

ZAMORA

Dicen que Zamora no se tomó en una hora. Debió de ser verdad porque también la llamaban "la bien cercada", por sus tres circunferencias de murallas.

He tenido un fin de semana zamorano y casamentero: se me ha casado alguien muy entrañable y la boda ha tenido esa calidez que falta tantas veces en este tipo de ceremonias. Y el entorno bellísimo, como debe ser.

Zamora es una de esas ciudades desconocidas que ofrecen mucho más de lo que algunos visitantes esperamos. Recién restaurado su centro histórico con motivo de la exposición "LAS EDADES DEL HOMBRE", muestra hermosos ejemplos de iglesias románicas en plena ciudad, así como recoletos edificios modernistas. La catedral, con su cimborrio orientalizante, de tamaño humano. Un placer haber descubierto esta ciudad.

Los novios nos dejaron planos y folletos informativos de la ciudad, así como un resumen de la historia de Bellido Dolfos, y el poema que ha ganado el último premio de poesía local: se cuenta en romance el episodio medieval del cerco de Zamora. Allí, Bellido Dolfos, "hijo de Dolfos Bellido" no es el traidor; lo es Sancho II, que no se conformó con la repartición de los reinos que hizo su padre.

Y es que la historia es así: depende de quien la cuenta.

Como casi todo en la vida. Claro.

3 comentarios

Carmen -

Mira que estás viajera, el domingo noche estaré en Zaragoza tema selectividad. Si puedo te llamo, si puedes nos vemos. Ya ha pasado el verano !qué pena! No conozco Zamora, estuve en Soria hace una semana y me emocionó conocer los lugares por los que había vivido el alma de Machado. Lo primero que vi fue la tumba de Leonor, aparcamos en el Espino. Me encantó el paseo hasta San Saturio. No me imaginaba así el Monte de las ánimas. Seguro que hay ciudades más bonitas que Soria, pero quizás no rezumen tantas referencias literarias. Un abrazo. Carmen.

Ricardo -

Fe de erratas: quería decir:"hago sudokus", ago no es japonés, simplemente se ha escapado sin "h".

Ricardo -

Estos días mi historia la cuenta la amnesia laboral, incrementada por algún recuerdo de días cercanos en lugares lejanos. Y mientras decido si lo que quiero hacer en esta temporada es ponerme a estudiar -pongamos- coreano o coleccionar por fascículos -pongamos también- ejemplares desidratados de la flora esteparia de la Pampa, ago sudokus. (Que enganche oye, y eso que me he enterado tarde de la fiebre de este verano...) Y mientras, ya ha pasado el primer lunes del regreso. Bacione!