AVES
El lago de los jardines de Kensington, en Londres.
De pequeña me daban miedo las aves voladoras. Una tía mía tenía una granja de pollos y de gallinas. Y una vez que fuimos a visitarla, tuvo a bien enseñarnos las instalaciones. Una gallina voló hasta mí y se puso sobre mi cabeza infantil. Pasé un miedo terrible que se convirtió en una fobia hacia los pájaros.
Ahora ya no corro cuando un pájaro vuela cerca de mi persona, pero agacho instintivamente la cabeza porque la memoria guarda todo.
Hasta lo que no debería ser guardado.
Acabo de regresar a Zaragoza con otra AVE, esa que se desliza sobre las vías y que une ciudades en un abrir y cerrar de ojos. De hecho me he despertado a punto ya de llegar a estación de Delicias (nombre tomado del barrio, no de sí misma, que es de todo menos deliciosa)
Gracias a todos los participantes en los ENCUENTROS LITERARIOS de hoy, en los colegios Raimundo Lulio, Ábaco y Decroly de Madrid. Me habéis hecho disfrutar muchísimo.
Los alumnos habían leído EL MEDALLÓN PERDIDO y LA NOCHE MÁS OSCURA.
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