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AL ESTE DEL CANAL, blog de ANA ALCOLEA

CORREOS

Antes, correos era correos.

Ahora es una parte de algo en el que también se maneja dinero a modo de banco.

Pero siempre ha sido un lugar para comprar sellos. ¿O no?

Pues esta mañana, después de media hora de fila, cuando hemos llegado al mostrador, ha resultado que no había sellos. Hay que llevar el sobre y franquearlo directamente. Después de otra media hora, o más, de fila.

¿Tanto cuesta poner un cartel que diga que no se venden sellos? ¿En la oficina de Correos?

Será para castigar a los pocos que aún mandamos cartas de verdad, aunque sean las estrictamente necesarias.

 O será para castigar que solo mandamos las estrictemente necesarias.

O será que  es el día de los Inocentes, y por eso no se venden sellos en correos.

Y por eso esta tarde tendré que volver a hacer fila para comprar tres sellos.

¡Y pensar que aún guardo mi vieja colección de sellos!

 ¡ Y la de mi madre!

 Si ella levantara la cabeza, ella que amaba las cartas, la caligrafía...

Ella, que colocaba el sello con tanto primor como si lo acariciara.

 

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