DE CAPAZOS Y SIRENAS
Semana de vorágine de charlas en institutos. Ayer en el IES de Alagón, un placer como siempre compartir mañana con los alumnos y con los profes. Encuentros y reencuentros entrañables: muchas gracias, Pilar, por tu recuerdo.
Semana de visitas familiares. A veces me parece que no visito lo suficiente a mis tías, que no las veo lo suficiente, que no disfruto de su compañía lo suficiente, de sus conversaciones tan llenas de vida.
Vivimos demasiado deprisa. Pasan demasiadas cosas y no los paramos lo suficiente.
Y ahora me voy a hacer parte de mis recados del día: escribir correos, comprar comida, echar cartas, preparar regalos de Navidad, coger un montón de capazos en el barrio: me encanta esta expresión lingüística tan aragonesa. Para los que no la conozcáis, "coger un capazo" significa encontrarse con alguien conocido en la calle u otro lugar ajeno a la casa de uno, y quedarse hablando durante un buen rato. ¿A que es una expresión preciosa?
Me encanta "coger capazos" con mis vecinos del barrio, con los profes de los coles e institutos que visito.
En el fondo, escribir en este blog, o en el tweeter, o en el correo electrónico, es una forma de coger un capazo, aunque sea virtual.
Ella está parada, pero uno podría coger un capazo con ella. Al fin y al cabo, nos pasamos parte de la vida monologando, aunque nos parezca lo contrario.
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