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AL ESTE DEL CANAL, blog de ANA ALCOLEA

SÁBADO

SÁBADO

Otro sábado con lluvia.

En Atenas.

 

Día para ver cómo, por fin, llueve en Zaragoza. Agua sobre agua en el canal.

Día para escuchar el agua en la lavadora: ya van dos.

Día para tocar la ropa mojada y tenderla. Huele a jabón de Marsella y me gusta aspirarlo mientras coloco las ropas en el tendedor.

Día para limpiar el polvo con una bayeta de color violeta por un lado y amarillo por el otro. La compré minutos antes de ver al New York City Ballet, la llevaba en el bolso mientras veía y escuchaba el CASCANUECES. Así, cuando limpio el polvo me acuerdo de Tchaikovski y de los bailarines.

Día, para entre limpieza de cocina y baño, leo BABELIA. Hoy hay varios artículos sobre MUERTE EN VENECIA, la ópera de Benjamin Britten. Se estrena esta noche en el Liceo. La primera vez en España. Las fotos en EL PAÍS son bellísimas, como deben ser para ilustrar esa ópera. La novela de Thomas Mann habla de la belleza inalcanzable, ya imposible, del paso del tiempo, cuando uno ha probado la belleza ya no resta sino morir, se dice en uno de los artículos.

Como en la película de Visconti, con la música de Malher. Y como en esta ópera de Britten, mucho más difícil de escuchar, musicalmente. Hoy también será un día para escucharla en casa, con la lluvia de fondo.

Y para releer algún fragmento de la novela de Mann.

Y pensar en  momentos de belleza absoluta.

Eso sí, después de darle un repaso a la loza del cuarto de baño, de tender la ropa, de pasar el aspirador, de ordenar los papeles de Hacienda, de limpiar los cristales de las mesas, de sacar y ordenar los platos del lavavajillas: voilà mis trabajos menos preferidos.

Menos mal... También hay Mann, Malher, Visconti, Britten.

Y Verdi y Puccini...

Para un sábado.

3 comentarios

Néstor Mas -

"... no resta sino morir." Lo sabe todo aquél que perdió sus huellas en los puentes de La Serenísima.

Lu -

Sábado de contemplación en Blanes.
El mar se ha enfurecido.
Las olas andan retozándose en el dique.

José María Ariño -

Yo también dedico los sábados a las tareas del hogar - nunca agradables ni interesantes -. Eso sí, las compagino con la lectura reposada, la creación y la cultura.