TÉ

El agua del río no hierve. Humea la bruma
del atardecer en las montañas
de Noruega.
A veces el té se derrama, templado, sobre el teclado del ordenador. Por eso no funcionan todas las teclas.
No sé si os habéis dado cuenta.
Otras veces el té se derrama, hirviendo, sobre los dedos de una mano.
En ambos casos, una se pone relativamente contenta: siguen funcionando algunas teclas. La mayoría.
Y también siguen funcionando algunos dedos.
Casi todos.
En ambos casos podía haber sido peor.
3 comentarios
Javier -
Besos, Ana.
ana a. -
Nerea -
Dos chiquillas de quince años se han tomado un café y un chocolate en el Florián porque leyeron cierto libro de cierta escritora. Qué envidia me han dado Alba y mi hermana Marina.
Un beso, guapa!