APAGONES II
¿Qué? ¿Lo conseguisteis? ¿Apagasteis durante cinco minutos todo lo apagable en casa?
Yo lo conseguí al 80%: no desconecté la caldera porque hacía mucho frío, ni la nevera porque en ella no pensé. Es una parte tan compacta de la casa que una no piensa en ella como en algo que se pueda desconectar, parece que sea algo que tiene vida propia autónoma e inherente. Aún me acuerdo de cuando alguien subía barras de hielo hasta el cuarto piso en que vivíamos cuando yo era pequeña, un hombre moreno, no muy alto (yo era minúscula, así que él debía de ser realmente menudo) y con un paño en el hombro sobre el que apoyaba una gigantesca barra de hielo que era troceada e introducida en el congelador. Esta frase es muy larga, pero después de leer a Pamuk, cualquier frase resulta breve.
Durante los cinco minutos me dediqué a recoger la ropa a la luz de las farolas de la calle. Supongo que metí los calcetines en el cajón de arriba, y lo de arriba en el cajón de lo de abajo. No lo he comprobado a propósito, pero esta mañana acerté: todo estaba en su sitio y fue colocado en el suyo en el orden y en la posición debidos.
¡Lo que da de sí un apagón!
Por cierto, que ésta que suscribe, o sea yo misma, estaré ausente de este blog durante unos días. Os remito a los enlazados, que siempre cuentan, escriben, expresan, muestran cosas hermosas, interesantes y estupendas.
Saludos varios y variados.
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