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AL ESTE DEL CANAL, blog de ANA ALCOLEA

BAILES

Vuelvo al Teatro Principal a ver más ballet. El aforo no es completo.

Este teatro no se llena más que con Conchita Velasco o Arturo Fernández. Dicho sea con todos mis respetos a ambos.

Si no sales en la tele no eres nadie en el mundo teatral. Ni para el llamado "gran público", ni tan siquiera para el mediano. Seguro que ayer hubiera llenado el patio de butacas cualquiera de esos que se asoman por la pantalla que ni cantan, ni bailan ni actúan, pero que se han tirado en el momento preciso a la persona adecuada.

En cambio, ni llenó Eduard Fernández con HAMLET, ni la COMPAÑÍA NACIONAL DE DANZA, ni ayer lo hizo el BALLET NACIONAL DE ESPAÑA. Por poner algunos ejemplos de alto nivel.

No sé si este teatro está viciado por algún periodo en el que la programación no fue la mejor. Yo recuerdo las colas que rodeaban el edificio en mis tiempos de estudiante. Hace muchos, muchos años. Recuerdo el patio de butacas repleto, y también el "gallinero", y el cartel de "no hay entradas" para ver LUCES DE BOHEMIA o DOÑA ROSITA LA SOLTERA.

El BALLET NACIONAL DE ESPAÑA, por ejemplo, llena durante semanas teatros en Japón, en Brasil, en Madrid. En Zaragoza no. Lo mismo la COMPAÑÍA NACIONAL DE DANZA... ¿Y Zaragoza? Una ciudad de 700.000 habitantes, con dos teatros pequeños sin compañía estable, sin orquesta sinfónica, sin temporada de ópera. Y cuando vienen obras y compañías buenas no siempre llenan. Casi nunca.

¿Que no hay dinero en la ciudad? Por supuesto que no todo el mundo puede pagar lo que cuesta una entrada sin bonificar en el Teatro Principal. Pero de los que sí pueden, son pocos los que van. No cuesta más que el fleco de una de esas bufandas de color piel de camello con cuadros y caballero en pleno torneo a las que tan aficionados/as son los/las paseantes del centro comercial de la ciudad.

Eso sí: un elevado porcentaje aparentará como el escudero del LAZARILLO DE TORMES o como LA DE BRINGAS. Y para ello, nada mejor que la bufanda del caballero inglés bordado. Pero al teatro y a la cultura que le den bola. Mucha bola.

Así no llegaremos a ningún sitio.

Como mucho al meandro de Ranillas.

O sea, a la EXPO, que es muy aparente, y le queda muy bien la bufanda de color piel de camello.

 

2 comentarios

José María -

Ana, estoy totalmente de acuerdo contigo. Este declive ya lleva unos años y es, al parecer progresivo. ¿Cuál es la razón? Desde luego, los precios, no,

Ricardo. -

A Ranillas... en donde creo que ni siquiera se ha aprovechado el tirón para construir un teatro que una ciudad como Zaragoza ¿se merece?. Bacione!