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AL ESTE DEL CANAL, blog de ANA ALCOLEA

CAÑONES

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Hay cañones de verdad y cañones de mentira. Yo prefiero los de mentira, como los de la foto. Estos hacen mucho ruido pero dan pocas nueces. Uno de estos mete mucha bulla y hace que el público se levante de su asiento con un susto tremendo.

Es parte del espectáculo, de la obra de arte total que, según Wagner, debe ser la ópera. Pero a veces hay demasiado espectáculo y uno se pierde entre cañonazos, movimiento escénico y vestuarios interminables.

Me gustó hacerme esta foto junto a uno de los cañones de Tosca. El cañón y el resto del decorado espera pacientemente su turno. Y lo hace en la gran plaza de Verona, mientras en la Arena se está montando una Carmen. Cañones, templos egipcios, carteles toreros, montañas con contrabandistas... conviven en el exterior, en el llamado mundo real, durante el día. Cuando llega la noche, la oscuridad los cubre con su manto y solo existe lo que iluminan los focos en el interior de la Arena.

Es entonces cuando el cañón anuncia que un prisionero de estado acaba de huir del castillo romano del Santo Ángel...

Hay estrellas en el cielo oscuro, y el tenor regala un bis de su aria más famosa: lucían las estrellas en su voz y en el cielo.

No era Jonas Kaufmann pero lo hizo bien...

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